El velo en la Danza Oriental

EL VELO EN LA DANZA ORIENTAL

Por: Maria Isabel Angel

El Velo es una pieza de tela –como se aprecia en la fotografía contigua- que varía en cuanto a materiales y tamaño según la necesidad del performance. Puede ser en seda, chifón, organza, lamé u otro material. Algunas bailarinas manejen velos rectangulares de 2,50m te largo por 1,20m de ancho o de otros tamaños y otras utilizan velos semicirculares. El uso del velo de seda en la Danza Oriental es reciente (siglo XX).


Y según afirma Shira (Richards, 2000, p. 85):“En Egipto, la idea de usar una pieza de tela en escenario se hizo popular gracias a la afamada bailarina egipcia Samia Gamal. Una famosa bailarina y profesora de ballet rusa llamada Ivanova (quien fuera la profesora de Ballet de las hijas del Rey Farouq) le enseñó a Samia a usar el velo para sus entradas a escenario y para el buen manejo de sus brazos. Ivanova adoptó esta práctica de una danza del Cáucaso, tal vez de Azerbaiyán”.


Samia –quien aparece en la foto de la izquierda- popularizó tanto el uso del velo que otras bailarinas de su época la imitaron.


En EE.UU el uso del velo se popularizó desde finales de 1950 hasta principios de 1960 sobretodo en los clubes étnicos, pues en esta época había una gran demanda por bailarinas de Raqs Sharqi y como no había tantas bailarinas profesionales en ese momento, los dueños de los clubes empezaron a contratar mujeres que bailaran otros géneros o simplemente “lucieran bien en un traje de dos piezas”.


Estas bailarinas al no poseer el repertorio de movimientos de la danza oriental se dieron cuenta que podían utilizar este elemento para “quemar tiempo en escena” y mantener entretenido su público. Por ende en EE.UU se desarrolló un amplio lenguaje de movimientos con el velo.

Al respecto asevera Shira[1] “En 1950s y principios de 1960s, las artistas americanas de danza oriental inventaron sus propias variaciones de mover o hacer girar sus telas alrededor del escenario como una manera de adicionar variedad a sus danzas para la audiencia americana”.


Y a lo largo de los años bailarinas de todo el mundo han innovado con figuras, giros, poses, número de velos, colores y materiales, siendo los más populares los velos rectangulares de seda. Sin embargo, en Egipto continúa siendo simplemente un acompañamiento de la bailarina para hacer su entrada. Y se debe tener mucho cuidado pues no debe ser relacionado con un striptease, es decir, que parezca un performance en el que se van quitando las prendas de vestir al bailar, porque esto puede ser considerado irrespetuoso y de mal gusto en la cultura del Medio Oriente.


El vestuario es libre, pues cada bailarina escoge como combinar su velo y atuendo. También es decisión si el velo se maneja durante toda la canción o solo en un segmento específico (como la entrada), o si el velo es rectangular o semicircular y las dimensiones del mismo.


Las canciones para danzar con este elemento dependen de cada intérprete y pueden ir desde temas clásicos orquestados árabes en donde el velo se use solo al principio de la canción o a lo largo de temas modernos electrónicos occidentales en donde el bailarín demuestre su creatividad y agilidad en el manejo del elemento.


La recomendación más importante al danzar con el velo es que el bailarín lo sienta como una extensión de su propio cuerpo, que lo maneje de manera elegante,

grácil y fluida. El bailarín tratará de hacer transiciones orgánicas y armónicas entre un paso y el siguiente, de manera que no se sientan movimientos impuestos azarosamente y pausas bruscas en las secuencias. El bailarín mostrará su control del elemento, su elegancia, su sentir etéreo y su técnica de giros.


[1]

Shira. (S.F.).Dance of the seven veils. Recuperado de http://www.shira.net/sevenveils.htm